Una de las plantas que más me han llamado siempre la atención son los girasoles y su giro buscando el sol. Pero me gustan aún más después de leer un artículo de la revista Science y entender algunas cosas sobre ellos.

Son los girasoles inmaduros, en crecimiento y desarrollo, lo que hacen su giro en busca del sol, de este a oeste a lo largo del día, deshaciendo el camino durante la noche, estando preparados, para otro día detrás del sol. Lo curioso, es que es a causa de los tallos y su crecimiento desigual el que favorece este giro, parándose este cuando dejan de crecer. Es decir, cuando maduran, cuando se asientan, cuando han crecido, dejan de seguir al sol y directamente miran al este.
¿Cuántas veces durante nuestro crecimiento, mientras dura nuestro desarrollo personal (aunque este nunca acabe) vamos siguiendo luces y destellos? ¿Cuántas veces nos ciega el brillo de algunas personas en nuestra adolescencia?
Es increíble el parecido que tenemos. Pasamos media vida persiguiendo esas cosas llamativas a las que hacía referencia, pero eso no es malo, es más, creo que es bueno. El ser humano, es un ser inacabado, en construcción, llamado a alcanzar su potencia, como decía Aristóteles, es decir, buscando cada día la mejor versión de nosotros mismos. Y decía que puede que sea bueno, porque muchas veces aprendemos mediante el método empírico, gracias al ensayo-error.
Todas esas luces, ruidos, etc. que nos ciegan y que luego no eran para tanto, o sí, nos van construyendo, modulando, moldeando, haciendo ver que nos hace crecer y que no y al final, como el girasol maduro, en lugar de mirar y seguir la luz cegadora, encontramos nuestro camino, lo que realmente nos acerca al mejor yo, es decir, nuestra vocación. Y ya no necesitamos seguir a nadie. Sabemos lo que somos, con sus cosas buenas y malas y podemos centrarnos en nuestros objetivos.

En ese momento, cuando el girasol madura, desprende más calor que los jóvenes, atrayendo a más insectos y favoreciendo su polinización y perpetuación en el tiempo. Es en ese momento cuando crecemos exponencialmente y no perdemos el tiempo. Elegir una opción de vida, o un camino, es renunciar a muchos otros, pero sabiendo, no sin dudar, que en esa elección crecemos y ganamos. Nos acercamos al mejor yo posible. Teniendo la confianza y la fe en Dios, para dejarnos llevar por Él.
Pues busquemos nuestra mejor versión, busquemos un sentido, persigamos nuestra vocación y crezcamos e irradiemos a los demás.
¡Buen verano!
Gracias Dios os Bendiga
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Muchas gracias. Un abrazo
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no creo que sea el canal para contactar.
no tengo redes.
le escuche el otro dia en RNE.
estoy trasplantado de riñon desde hace 19 meses.
no sé cual es el mejor canal para contactar con usted,
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Hola, José,
Escríbame a untrasplantado@gmail.com.
Y enhorabuena por ese buen trasplante.
Un saludo
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