En todos los años de mi vida como enfermo, pero sobre todo en los últimos, he recibido muchos mensajes de gratitud, ánimo y fuerza.
Todos son especiales, todos me llenan de alegría, todos los guardo en mi corazón y dan fuerzas para seguir adelante. Pero algunos además del regalo que es que alguien dedique un tiempo de su vida a escribirme para darme fuerza o las gracias por como afronto las pruebas del camino, son arte en sí mismos. Por eso lo llamo “arte en la gratitud”.
Muchos de esos mensajes son de gente que no conozco. Que me seguís y hacéis llegar de forma ingeniosa vuestro agradecimiento por la ayuda que les da mi vivencia de la enfermedad. Y otros muchos obviamente, son de gente que conozco muy bien y quiero mucho. Entre estas formas de gratitud destacó dos.
Una es de mi hermano Alberto, que cuando vivía en Nueva York, en 2003, se formó en la New York Film Academy y me regaló un corto muy especial llamado “Abracadabra. This movie is dedicated to all people who perform magic everyday. This short film is dedicated to Pablo.” (Abracadabra. Esta película está dedicada a todas las personas que hacen magia todos los días. Este cortometraje está dedicado a Pablo.”). Os podéis imaginar de qué trata y la emoción que me produjo y produce, en aquel entonces, tenía 27 años y llevaba 3 años en diálisis y aún me quedéis otro antes de la llegada de a Taurino. Cada vez que lo veo mi agradecimiento a mi hermano es mayor y la emoción de verla crece.
La otra es una poesía. Una poesía que me escribió mi hermano Javier. Bonita y bien entablados los versos, gana emoción por el momento en que fue escrita, mientras me operaban. Además, la poesía era un arte ya trabajado por mi abuelo materno, Rafael de la Serna Gil, un hombre lleno de arte que era novillero, abogado y poeta. Cómo herencia familiar, Javier desarrolló ese don de mi abuelo y escribió un precioso soneto, que menos mal que me lo leyó Sara cuando me bajaron de quirófano, porque las lágrimas no me hubieran dejado seguir leyendo. y dice así:

Habréis visto que cuando digo que soy un tipo con suerte, lo soy. No muchas personas tienen la suerte de poder ser los protagonistas de un cortometraje y de un soneto. Sin duda no es mi mérito, es de los artistas que tengo alrededor, que hacen estas maravillas que me regalan. Y me permiten presumir con orgullo enaltecido y corazón henchido de hermanos.