Querido verano de 2025,

Acabas y como siempre te has escurrido entre los dedos a una velocidad de vértigo.

Nunca es todo bueno y esperarlo sería infantil. No ha habido ni un día con la tensión ni si quiera rozando lo normal. El día más alta fue 8/5 y casi todos entre 6/3-7/4. Tampoco se quiso perder estos días el dolor del pie, siempre me acompaña desde hace 6 años y fuerte para que no me olvide de él.

Pero con el tiempo no recordaré el esfuerzo, sino el hecho. Por eso he dejado encerrado en un cajón sin abrir el párrafo anterior y me he centrado en ser feliz, en compartir y sacar jugo a la vida.

Hemos viajado, hemos estado entre ovejas gallegas, gallinas segovianas, olas levantinas y mareas gallegas. Hemos tenido ratos de leer, conversaciones profundas y superficiales, conocido gente nueva, descubierto más a algunos conocidos y estado felices los tres. Crecer como matrimonio, como Equipo SAP, ver crecer a Amelia. En definitiva, ha crecido el tesoro de los recuerdos y ya no se escapan de ahí.

Gracias sobre todo por estas semanas de estabilidad, sin ingresos, cirugías, urgencias y ni si quiera duda de ello. Gracias por la diálisis, que no la metí en el párrafo de lo malo porque siendo muy dura me regala un día cada día.
