La luciérnaga. Un trasplantado.

“[…] Como decía David Lynch: “somos como bombillas. Si la dicha empieza a crecer en nuestro interior, se enciende una luz que afecta al entorno“. Así, lo que no era posible, lo que no tenía sentido, lo que era mortal para nosotros, no deja de serlo. Pero al menos se hace posible vivir con ello. […]