La lista de espera. Un trasplantado.

«[…] Todas las horas de entrenamiento soñando con debutar y llegas al estadio y te dicen que no juegas. Es duro, te deja hundido, te haces ilusiones no cumplidas. Es alegría, hay movimiento y aunque esta vez no haya sido posible, por lo menos estás más cerca que cuando no te llamaban. quieres reír, quieres llorar, no sabes lo que quieres.[…]»