La soledad del enfermo. Un trasplantado.

«[…]Entrar en proceso de perdida de un trasplante no es fácil y a lo mejor ha sido bueno estar 25 días ingresado con muchos ratos de soledad por la noche y primeras horas del día (yo suelo levantarme alrededor de las 7) acompañado de mis sueros y paseos, para pensarlo, sufrirlo, volverlo a pensar, asumirlo, […]