Santos inocentes. Un trasplantado.
“La vida es el regalo más grande que se nos ha dado, y cada instante, desde su inicio hasta su término, tiene un propósito eterno. No somos dueños de la vida, pero sí sus guardianes, llamados a protegerla, respetarla y llenarla de amor. […] Hoy toca rezar por los millones de vidas arrancadas antes de tiempo.”