El final del verano… un trasplantado

“con el tiempo no recordaré el esfuerzo, sino el hecho. Por eso he dejado encerrado en un cajón sin abrir el sufrimiento y me he centrado en ser feliz, en compartir y sacar jugo a la vida.”
Primos: la infancia que no pasa. Un trasplantado

“Los primos son esa parte de la infancia que nunca se pierde: guardianes de recuerdos, cómplices de risas, compañeros de un camino que empieza en la niñez y nos acompaña siempre.”
Reflexión de un día de agosto.

“No es lo mismo resignarse a vivir lo que nos toca, que reconciliarnos con la vida y disfrutarla, incluso en los días más pesados.”
No es fácil crecer. Ni vivir. Un trasplantado.

“Porque a veces, la mayor desgracia se convierte, con el tiempo, en tu salvación.
La amputación que tanto me dolió… puede ser la clave del futuro trasplante.”
Por el niño que fui. Un trasplantado.

“Quiero que el niño que fui esté orgulloso del adulto que soy. No todo se cumplirá… pero no será por no haber intentado hacerle feliz.”
Qué suerte ser niño. Un trasplantado.

“Qué suerte mirar el mundo con asombro, como si cada día fuera nuevo, como si todo pudiera ser un milagro. Querer entenderlo todo, tocarlo todo, vivirlo todo. Sin filtros. Sin prejuicios. Con el corazón abierto.”
Sentido de servicio. Un trasplantado.

“A veces creemos que para servir hay que estar bien. Que hace falta estar fuerte, completo, perfecto. Y yo he aprendido justo lo contrario: que cuando uno se rompe, si deja de mirarse solo a sí mismo, puede convertirse en refugio.”
¿Cansado? No estás solo. Un trasplantado.

“La fe no es anestesia… es yunta. No es que desaparezca el cansancio, es que Alguien lo carga contigo.”
Cena en familia. Un trasplantado.

“Una cena en familia no es solo una comida. Es un abrazo disfrazado de rutina. […] No siempre tenemos grandes conversaciones. A veces basta con estar. Y eso también sana.”
Gaslighting. Un trasplantado.

“A veces, lo más difícil no es sanar la herida… sino el eco de quien te convenció de que no existía.”