Hoy os presento a “Reno”, el nuevo logo de un trasplantado, obra de un gran artista, mi padre.
Siempre me ha impresionado la gente que sabe dibujar y pintar. Por eso me ha maravillado los pasos por los que ha pasado Reno. Al principio era inimaginable cómo iba a quedar. Y sobre todo, porque quería que recordara algo a mí.
Luego fue tomando fuerza, diciendo si que llevará cejas o no, más alegre o menos.
Mas adelante tomó forma. Un boceto que desde el minuto uno me encantó.
Y por fin, el último paso, digitalizarlo y si ya me gustaba a mano, digitalizado, no puede gustar más.
Y es que el proceso de Reno, ha sido como todo en la vida. Un proceso, de la idea a la realidad, con esfuerzo y constancia, y con muchas dosis de cariño, sin perder el norte de la idea que tenemos, normalmente el resultado esperado llega. Es tener paciencia.
¿Os gusta Reno?