La muerte me ayudó a vivir. Un trasplantado.

“»Y sobre todo, me ha regalado algo que no cambiaría por nada: la conciencia de lo frágil que es todo, y de lo inmenso que es cada momento con quienes amo. No hay dolor que me haya dolido tanto como la posibilidad de no ver crecer a Amelia. No hay oración más sincera que las que salen de mis labios cuando veo a Sara dormida y me inunda el amor por ella. Ellas me recuerdan cada día que sigo aquí. Que respiro. Que puedo seguir dando lo mejor de mí, aunque a veces no me quede mucho más que mi entrega.»
El sentido de la vida. Un trasplantado.

“Mirar a la vida con una enfermedad, no es fácil. Después de muchas horas de construcción personal entre pensamientos de todo tipo, decidí vivir feliz y pleno. Y cambié los por qué, por para qué. Y eso dio sentido a mi vida.“
Sentido y sensibilidad. Un trasplantado.
Abrir los ojos. Un trasplantado.

“ Esta es la maravilla del sentido y la trascendencia de la enfermedad, no lo que se vive a nivel físico que es horrible, sino todo lo que genera alrededor.”
Abrir los ojos. Un trasplantado