Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

13 años casados. Un trasplantado.

“Sara y yo no hemos tenido una vida fácil. Pero sí un amor fiel. Y cuando el amor es fiel, se vuelve fuerte. Las pruebas —la enfermedad, el dolor, las caídas— no nos rompieron: nos soldaron más fuerte.”

Comparte este artículo

Ayer fue nuestro aniversario. No hay receta perfecta.
Pero hay ingredientes sin los que no se puede construir un amor que madure, que crezca, que perdure.

Desde el noviazgo empezamos a cimentar algo más grande que nosotros. No sabíamos todo lo que vendría… pero sí sabíamos cómo queríamos vivirlo:
con comunicación real, con respeto que no se agota,
con el arte de ceder —incluso teniendo razón— y con un perdón que no lleva la cuenta.

Porque amar no es ganar discusiones, ni tener el control, ni exigir que el otro cambie. Amar es acompañar, es escuchar, es sostener… es no soltarse incluso cuando todo parece decir “ya no”.

Sara y yo no hemos tenido una vida fácil. Pero sí un amor fiel. Y cuando el amor es fiel, se vuelve fuerte. Las pruebas —la enfermedad, el dolor, las caídas— no nos rompieron: nos soldaron más fuerte.

Y hoy, trece años después, puedo decir que no somos sólo un matrimonio. Somos un equipo.

El equipo SAP:
Sara, Amelia y Pablo.
Tres nombres, un solo corazón. Una historia llena de cicatrices… y de gracia.

Amelia es el regalo que vino a multiplicarlo todo.
Nos recordó que la vida, incluso herida, puede florecer. Que el amor se transmite, se hereda, se juega en el suelo del salón mientras ella corre y ríe sin saber cuánto nos cura.

Gracias, Señor, por haberme dado esta vocación de esposo y padre.
Gracias por llamarnos a vivir este amor como camino, no como meta.
Gracias por enseñarnos que cuando Tú estás en medio, el amor no se gasta: se transforma en don.

Sara, gracias por seguir eligiéndome cada día.
Amelia, gracias por ser luz incluso sin intentarlo.
Y gracias a este equipo SAP, que me recuerda que la santidad empieza en casa… y que el amor de verdad siempre tiene forma de cruz, pero también de abrazo.

Suscribete a nuestro boletín

para que no te pierdas nada de untrasplantado.com

Más para ver

Experiencias

Cerro de los Ángeles. Un trasplantado.

“A veces se me olvida la suerte que tengo: sigo vivo gracias a una fe que mis padres sostuvieron cuando yo apenas podía respirar. Volver al Cerro es volver a la raíz que me levantó cuando todo parecía perdido.”

Experiencias

Abrazar la Cruz. Un trasplantado.

“Dejé de arrastrar mi cruz como un fardo impuesto y, al abrazarla, descubrí que allí me esperabas Tú: transformando mi dolor en camino, mi fragilidad en sabiduría y cada tormenta en un ‘todo era para bien’.”

Mi primer libro, “Diario de un trasplantado”.

En el cuento algunas de las cosas que a mí, como enfermo crónico y como sanitario, me ayudan a llevar mi enfermedad y sus consecuencias y a la vez intentar alcanzar la felicidad. Ya podéis comprarlo en el siguiente enlace:

Descubre más desde Un Trasplantado

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo