«[…] A veces puede ayudar pensar, que mucha de la sensación de sed es psicológica, aunque dura. Ya que al hacer poco o nada de pis, realmente no tenemos una pérdida de liquido que justifique su sed, al contrario, a veces tenemos un exceso del mismo. […]»
Hoy quiero hablar de la gran tortura y quebradero de cabeza de los pacientes que estamos en diálisis. El control del líquido.
La diálisis se encarga de eliminar los excesos de líquido y toxinas, que se producen en el organismo. Al no funcionar el riñón y no ser eliminadas, se acumulan. Es como si fuera la depuradora del cuerpo. De esta forma, tiene que eliminar más, cuánto más hayamos superado el límite de líquido o descuido la dieta, siendo un esfuerzo mayor para el organismo, sobre todo en el caso de la hemodiálisis.
La cantidad de líquido a ingerir depende de nuestro estado general de salud, la cantidad de orina producida (una forma de calcular es beber medio litro más la cantidad de los que orinamos. Hay gente que no hace nada) y siempre atender a las indicaciones del nefrólogo. El tipo de diálisis influye. La hemodiálisis requiere más cuidado y restricción al ser cada 48 horas (o 72 en el fin de semana). Mientras que la peritoneal al ser diaria, nos permite levantar un poco la mano. Mi consejo personal es levantarme poco o nada, cuánto más líquido extra, peor diálisis paso y sobre todo, más incómodo me encuentro, notando fatiga, cansancio, pesadez de piernas por la retención, etc.
Al iniciar la diálisis se calcula el peso seco. Es el peso cuando ya se ha extraído el exceso de líquido, es decir, el peso sin líquido de sobra, al finalizar la diálisis, y con el cual nos sentimos bien. Por debajo de este peso puede aparecer hipotensión, calambres musculares… Por encima, puede aparecer fatiga y otros síntomas de retención de líquidos. Lo ideal es llevar, por mi experiencia, un diferencia respecto al peso seco de 0,5 kg/día. Todo lo que se traiga de más al iniciar la siguiente diálisis, debe ser eliminado. Por eso son diálisis más duras cuánto más puedo llevemos.
Un exceso de líquido tiene como principales síntomas:
- Dolores de cabeza.
- Hinchazón en su rostro, manos y pies (edema)
- Dificultad para respirar del líquido en los pulmones. Cuando lleváis mucho.
- Daño al corazón por forzar al corazón con demasiado líquido.
- Hipertensión arterial que puede provocar accidente cerebrovascular.
Entre los trucos que podemos utilizar, esta disminuir la ingesta de sal. Ayuda a controlar la sed y al beber menos y disminuyen los síntomas de los que hablaba antes.
Como consejos para ese control, destaco:
- La fuerza de voluntad para evitar tentaciones. Y si caemos lo menos posible.
- Controlar y medir lo que bebemos cada día. Sumando todos los líquidos.
- Comer fruta fría o congelada.
- Congelar el líquido que solemos beber, en la dosis adecuada y beber mientras se descongela, sacaremos más provecho y beberemos menos.
- Chupar caramelos o chicles SIN azúcar, sino nos daría más sed.
- Beber en vasos pequeños, para tener la sensación de que bebemos más.
- Lavarse con enjuague bucal, que refresca y parece que quita la sed.
¡Cuidado! Liquido no es sólo agua, cerveza, café, etc. También está en una sopa, un helado, gelatinas, bebidas azucaradas, etc
A veces puede ayudar pensar, que mucha de la sensación de sed es psicológica, aunque dura. Ya que al hacer poco o nada de pis, realmente no tenemos una pérdida de liquido que justifique su sed, al contrario, a veces tenemos un exceso del mismo.
Los que no vivís esto, podéis probar un día, es complicado y más en verano. Si tenéis alguien cerca que lo vive y pierde los nervios, la mejor ayuda es empatía.
