«[…]en los días de recaída, necesitamos un empujón hacia arriba, no una losa que nos termine de hundir. Necesitamos un hombro para llorar o un amigo para reír, no un dedo acusador que nos señale.[…]»
Hoy quiero comentar una cosa muy importante, NUNCA SOMOS CULPABLES DE NUESTRA ENFERMEDAD.
Parece una obviedad y lo es, pero no siempre se trasmite así. Como muchos sabéis, estoy perdiendo mi tercer trasplante y preparándome para volver a diálisis. Preparación física, relativamente fácil, hacer el catéter, ver que puedo hacerme diálisis peritoneal, preparar el próximo trasplante, etc y una preparación psicológica, complicada y con altibajos. Yo tengo la suerte de ser muy fuerte de ánimo, pero eso no me libra de tener mis días.
Es curioso escuchar las reacciones de la gente. La mayoría son reacciones de empatía, se dan cuenta de que te espera algo duro. Que podemos ser resilientes y darle la vuelta y hacer que sean día geniales a pesar del mal físico. Pero te entienden.
Otros preguntan con mucho interés sobre los pasos a seguir, como lo llevas, como te sientes, siguen el proceso al día con mucha comprensión.
Hay gente que le supera, Que no puede hablar de estos temas, no todos llevamos igual las cosas médicas e imagino que lo piensan en ellos, se imaginan con la enfermedad y se les hace un mundo. Están ahí, pero no preguntan y les entiendo.
Y queda el último grupo. Los que echan la bronca, echan en cara y recuerdan cosas malas que has hecho o podido hacer. «si te hubieras cuidado», «te avisé que tenías que hacer tal», «recuerdas cuando te dije que no hicieras cual», «si te hubieras cuidado siempre».¿Pensarán que una parte importante de enfermos crónicos, en los momentos difíciles, en momentos de pérdida no se torturan o dan vueltas a eso? Al saber que pierdes un órgano, te acuerdas de todos y cada uno de los errores o excesos que hiciste en el pasado, te lo echas en cara y o se es muy fuerte y se para pronto ese proceso o puede ser un tormento propio.
Hay trasplantados que se cuidan al máximo del primer día al último, otros casi siempre, otros nada. Aún así, no es justo, pueden hacer mucho daño y el que pierde un órgano ya conoce sus errores y se arrepiente de ellos, le gustaría dar marcha atrás y cambiar muchas cosas, pero no es posible, es tarde o no tiene solución, así que hay que ser cuidadosos, no meter el dedo en la llaga, hablemos en positivo, ¡POR FAVOR!
Así, que pido, sabiendo que eso se dice con cariño, que no se haga. Estar enfermo es difícil, recaer después de unos años geniales, se hace muy cuesta arriba, no se nos recuerde nuestros errores, que nos puede hundir. No es nuestra elección estar enfermos, no es nuestra culpa.
Imaginad que os gustaría oír o que os dijeran y haced eso, en los días de recaída, necesitamos un empujón hacia arriba, no una losa que nos termine de hundir. Necesitamos un hombro para llorar o un amigo para reír, no un dedo acusador que nos señale.
No sabía bien como expresarlo, ya que no es una bronca, sino una súplica y a la vez un consejo. Recordad, en positivo todo es mejor, más fácil y es lo que necesitamos.
¡Gracias!!