Empieza la primavera, empieza distinta, empieza triste, empieza gris. Pero no tiene que ser malo.
Intentemos buscar lo positivo. En estos días de recogimiento y encierro ¿cuantas veces hemos pensado que no seríamos capaces de vivir sin algunas cosas, sin las cuales llevamos una semana? Y ha podido ser duro, pero no imposible. Pues así debemos valorarlo. Tendremos momentos de pánico, ansiedad, depresión, pero pasan. Y también tendremos muchos de alegría y felicidad.
Nos gustaría estar corriendo por el campo y haciendo mil planes. Pero no es posible y así debemos aceptarlo. Añorar lo que no tenemos, es el camino más fácil hacia la infelicidad, la angustia y el desánimo.
Por mi experiencia, de muchos ingresos, por trasplante de riñón y diálisis, el desprendernos de todo, nos enriquece más que todos los lujos, nos llena más como personas y nos hace crecer más que cualquier riqueza. A veces necesitamos perder todo o casi todo, para ser conscientes de lo que de verdad es importante, de las casas pequeñas, de las cosas imprescindibles de la vida, esas que son invisibles para los ojos.
Así que ahora toca a buscar cosas positivas cada día. Planes de futuro que nos ayuden a soñar- Como decía Victor Frankl en “el hombre en busca de sentido”, en una frase de Friedrich Nietzsche «Quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo».
La vida es maravillosa, siempre he pensado, incluso ahora en diálisis y esperando el cuarto trasplante, difícil de conseguir, que la felicidad es actitud, es quererla y buscarla, es mirar cada día, es ser consciente de nuestra vida con lo bueno y malo, pero no pretender lo que tenemos, ser felices que tenemos, con nosotros, con nuestra vida. Añorar las cosas de las que carecemos, no nos van a crear más que ansiedad, mal humor, necesidad y tristeza, aunque esta añoranza sea sólo poder salir de casa unas horas.
Ánimo, fuerza y esperanza. Saldremos reforzados, saldremos ganadores.
¡Soy un tipo con suerte! ¡Somos unos tipos con suerte!