Sobre el coronavirus y los pacientes inmunodeprimidos, trasplantados y en diálisis. Un trasplantado.

“[...] En conclusión, si bien nos enfrentamos a un riesgo más y aún riesgo nuevo sin vacuna, y al que estamos más expuestas por nuestras bajas defensas, no debemos perder el norte y si mantener el cuidado extremo que siempre tenemos. [...]”

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“[…] En conclusión, si bien nos enfrentamos a un riesgo más y un riesgo nuevo sin vacuna, y al que estamos más expuestas por nuestras bajas defensas, no debemos perder el norte y si mantener el cuidado extremo que siempre tenemos. […]”

Ahora que oímos hablar tanto del coronavirus (COVID19) y sus peligros, uno de sus posibles candidatos son los pacientes inmunodeprimidos, como es el caso de los trasplantados y algunos pacientes en diálisis.

Desde aquí lo que quiero es dar un poco de cordura y quitar el exceso de miedo que hay. Eso si, nunca bajar la guardia. Como tampoco debíamos hacerlo como enfermos crónicos e inmunodeprimidos antes del dichoso virus.

No olvidemos que la gripe mata a 6000 personas cada invierno en España y este virus tiene una mortalidad mundial de 0,7% que es muy bajo. 

Por culpa de esta psicosis creada por los medios, nos encontramos con dificultad para encontrar mascarillas, hidroalcohol y geles necesarios para la asepsia de nuestros tratamientos, vitales para nuestra vida y a los que no podemos renunciar.

Técnica para lavarse las manos.

Por ello, recordar que en principio con el lavado de manos correcto, siguiendo la técnica y tiempos adecuados, Y taparse la boca y nariz al estornudar (a ser posible con el codo para luego no trasmitir el virus por el contacto con unas manos sucias) sería suficiente en personas sin ninguna patología.

Técnica para desinfectarse las manos.

En el caso de enfermos inmunodeprimidos, debemos tener los cuidados que tenemos para la gripe, que no es más que un tipo de coronavirus, con el que estamos familiarizados. Debemos aumentar nuestro lavado de manos, evitar aglomeraciones, compartir bebidas o platos, etc. es decir, los cuidados que siempre tenemos.

En conclusión, si bien nos enfrentamos a un riesgo más y a un riesgo nuevo sin vacuna, y al que estamos más expuestas por nuestras bajas defensas, no debemos perder el norte y si mantener el cuidado extremo que siempre tenemos. Sin relajarnos, ni bajar la guardia, pero sin perder la cabeza. Y recordad que la mortalidad es baja.

De todas formas, si notáis alguno de los síntomas principales, tos, fiebre o sensación de dificultad respiratoria, no dudes en llamar a tu nefrólogo o centro de referencia.

Espero haberos ayudado y por favor dejemos de crear alarma.

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