¡De vuelta al ruedo!

Esta semana he vuelto al trabajo tras seis meses de baja. Me esperan mis pacientes en consulta, mis alumnos en clase, los proyectos de investigación, las conferencias para hablar del regalo de la vida y hasta las páginas en blanco que siguen llenándose con historias y aprendizajes de mis libros en proceso.

Mi cuerpo todavía se resiente del último ingreso. Me dejó flojo, y no puedo evitar cierto vértigo al pensar en cómo lo voy a gestionar. Pero también la gestión emocional de esos días me dio fuerza y ganas para seguir avanzando.

Volver a trabajar no sólo significa retomar tareas, sino redescubrir lo que somos. El trabajo nos construye, nos reta, nos enseña. Nos hace crecer como personas y, sí, también en familia. Porque aunque pase menos tiempo con Amelia ahora, sé que al llegar a casa siempre estarán ella y mi equipo SAP, recordándome el verdadero sentido de todo lo que hago.

Vuelvo con ilusión, con ganas de aprender, de aportar, de abrazar los nuevos retos y de seguir descubriendo el propósito que Dios nos da a través del esfuerzo diario. Porque trabajar no es sólo producir; es construir. Es dar sentido a lo que somos y a lo que podemos ofrecer al mundo. Es multiplicar nuestros dones.
Hoy empieza un nuevo capítulo. ¡Vamos con todo!
“Dios te ha quitado una pierna, que no te quite las manos que no he encontrado otras iguales en estos meses” un paciente. ¿Qué puedo decir? Nada, sólo emocionarme y dar gracias a Dios.
Deseando veros en consulta y recibir y ayudar a los pacientes, alumnos en clase y en el campus y como escuchantes de mis conferencias.
