Hace 15 días entraba en quirófano con dos piernas, mucho dolor y miedos e incertidumbre crecientes.
Una semana después, salía del hospital después de haber perdido una pierna y pasado 48 horas con un dolor, que jamás pensé que podía aguantarse, pero efectivamente, se podía aguantar. Volvía a tener mucha incertidumbre ante como sería la vida desde ese día con una pierna y fuera de los cuidados del hospital.
Y hoy, una semana después, 15 días después de la operación, con dolores residuales, he comprobado muchas de las limitaciones que tengo, debido a la alta dependencia, temporal hasta la prótesis, pero real, que conlleva una amputación. Aunque también he vivido la fuerza del amor y el cariño, de la dedicación y el cuidado de Sara que ha sido capaz, una vez más, de multiplicarse y cuidar de Amelia y de mi, con la alegría por bandera, a pesar, de que el cansancio acumulado es mucho. Al mismo tiempo, las ganas de lucha y superación, se van multiplicando día a día, con el objetivo puesto en caminar con una prótesis en pocos meses. Vamos avanzando poco a poco, «paso a paso», que ironía, quien diría, que lo que más nos apetecería era dar pasos en la vida.
Si siempre se dice que el trabajo en equipo es fundamental, en el Equipo SAP lo hemos vivido en primera persona una vez más. Que maravilla como las fuerzas en conjunto se multiplican y facilitan llegar a la meta, mientras que asíncronas y cada uno a lo suyo, crean tensiones y pérdidas absurdas de energía, se desgastan sin producir y se alejan del objetivo.
La vida es maravillosa y tenemos una fuerza superior, que nos da fuerza para poder con todo y a la que doy gracias cada día: Dios.