Si en su día ensalcé la figura del acompañante y la enfermería, hoy, quiero acordarme y hacer un pequeño homenaje a una pieza fundamental de la cadena de un trasplante: los médicos. Colectivo que tiene una importancia y responsabilidad espectacular.
Tengo la suerte de tener cerca, muy cerca, a mi padre, otorrinolaringólogo y un ejemplo de conocimiento, estudio, amor y pasión por la medicina, como lo fue su padre, mi abuelo, Eleuterio. Mi tío Rafael lo mismo, pero en la traumatología. Y en tema de trasplantes una cirujano que ha hecho muchos trasplantes hepáticos, mi prima Sofía. Viendo las horas que ha dedicado a estudiar, noches sin dormir, viajes a buscar un órgano, jornadas de quirófano que se alargan, etc. Cosas que normalmente gustan, porque van unidas a una vocación y pasión, que se transmite en como habla de sus experiencias, trato con pacientes, el esfuerzo acompañar a los familiares, etc. un ejemplo y una persona a la que admiro por su tesón y devolver vida y calidad de vida a sus pacientes -y porque es genial-.
En ese momento, te das cuenta, como me ha pasado a mí con mi tesis doctoral y la consulta, que todo encaja, tiene sentido, el esfuerzo realizado, noches sin dormir, d tiras de dudas, etc. el cansancio de pronto se convierte en ilusión y el «renunciar» a muchas horas de ocio y vida por formarse, buscar información, alargar jornadas, etc. tiene un sentido en forma de mejora de la vida a otra persona, es la parte humana y mejor de ser sanitario. Aunque por desgracia, alguno encuentras que de trato humano tiene poco. Cuando reciben un ¡gracias! De un paciente, recargan las pilas para seguir, no necesitan más.
Así, que desde aquí, aunque alguna vez a lo mejor hayáis dado con un médico arrogante, poco cercano o que no os ha gustado, pensad, que son una excepción, que la mayoría dedica su vida a la profesión, sin pensar en si ganan mucho o se hacen famosos, se entregan a nosotros, los pacientes, con el único fin de intentar curarnos y que vivamos con la mayor calidad de vida posible. Muchos llevan el rechazo de un órgano, la infección, el dolor, la duda, la inquietud, etc de muchos pacientes, no a casa, a la almohada y les quita el sueño. Los pacientes se convierten en el centro de sus vidas. Son geniales.
Mandaros fuerza para que ojalá no perdáis vuestra vocación y los que lo hayan hecho, que la recuperen si es posible, todos ganaríamos, ellos y los pacientes.
¡Gracias por tanto esfuerzo!