Hoy os quiero hablar de un tema que preocupa y mucho a los pacientes que están en diálisis, tanto hemodiálisis, diálisis peritoneal. La dieta y el consumo de líquidos.
El principal problema que tenemos es que lo riñones ya no pueden mantener el equilibrio de electrolitos y eliminar los productos de desecho que producimos, el exceso de liquido y se acumula y es necesario eliminarlo en diálisis.
Como necesitamos energía, debemos tomar hidratos de carbono y las grasas. Pero a la vez, debemos tener cuidado con el equilibrio de colesterol, que suele ser peor en enfermos renales.
Tampoco debemos disminuir en exceso el consumo de energía, ya que obtendríamos esta energía del musculo. Esto podría llevarnos a tener debilidad muscular, perdida de peso y desembocar en más problemas de salud. A la mayoría de los pacientes en diálisis se les recomienda comer tantas proteínas de ‘alta calidad’ (pollo, pescado, ternera, etc.) como puedan.
El gran problema y caballo de batalla es el liquido y la ingesta de sodio. Los líquidos ayudan a controlar la temperatura corporal, conservar las estructuras musculares, actividad celular, etc. Por lo que son imprescindibles. Al dejar de funcionar los riñones, la producción de orina va a bajando hasta desaparecer en casos muy avanzados, por lo que se hace imprescindible la disminución de la cantidad de líquido que se bebe. Respecto al cloruro de sodio (la sal), es fundamental para la regulación del agua, transmisión nerviosa y función muscular, Si hay un exceso de sodio, se favorece la retención de líquido y esto puede producir edemas, aumento tensión arterial (HTA), dificultad para respirar, etc. La sal, la tenemos en productos preparados, ultraprocesados, congelados, etc. Y la sal que añadimos. Por lo que recomiendo disminuir el consumo de sal para disminuir la retención de líquido, así como disminuir la ingesta de líquido.
El potasio, es uy importante para el funcionamiento neuromuscular y el metabolismo de las proteínas. En condiciones de salud, con los riñones en estado óptimo, se elimina el exceso de potasio. Con estos deteriorados, se acumulan esos desechos y produce debilidad muscular y ritmo cardiaco irregular.
El fósforo, actúa junto con el calcio para mantener la resistencia de huesos y dientes. Como con el potasio, el riñón sano elimina el exceso y el enfermo lo acumula, favoreciendo descalcificación de los huesos y su debilidad. Es la llamada osteodistrofia renal.
Todos estos consejos, son orientativos y por supuesto, sujetos a lo que diga el nefrólogo según la analítica de cada uno. Nunca cambiéis la dieta, medicación o pautas que os de vuestro especialista, por los consejos que os de ningún conocido. La salud está en juego y es el bien más preciado que tenemos.