¡Sé diferente, sé tú!
En un mundo lleno de copias, el verdadero arte es ser auténtico, ser tú mismo. La magia está en la singularidad que llevamos dentro y creer en la belleza de nuestra individualidad. En nuestra genuidad y genialidad.
Una de las cosas que más me costó en la adolescencia era asumir que era diferente, ni peor, ni mejor, distinto. Y la enfermedad te hace distinto sin preguntar. Y eso a veces en una sociedad que nos lleva a toda velocidad imponiendo unos cánones de éxito erróneos muchas veces es difícil.
La clave está en creer en ti mismo, incluso cuando sientes que eres el diferente. La coherencia con tus valores y principios te guiará en el viaje de la autenticidad. A veces, el camino que menos esperamos es el que te lleva a descubrir tu verdadero potencial. Así que, no temas destacar, el trabajo más difícil y que mas me ayudo fue aprender a hacer las paces con nuestra realidad, para así un día, abrazar y amar mis peculiaridades.
En mi viaje por ser yo mismo, he descubierto que la verdadera recompensa no llega de inmediato. La lucha por la coherencia requiere paciencia y perseverancia. No todos entenderán tu elección de ser diferente, pero sé que con el tiempo, la autenticidad se destaca. La recompensa no está en la aceptación superficial, sino en la profunda conexión con mi verdadero ser.
Por eso déjate tiempo para ti de calidad, silencio, para conocerte y poder abrazar tu unicidad y confía en que el tiempo premiará tu autenticidad. La verdadera grandeza se encuentra en ser fiel a uno mismo, porque la aceptación de tu singularidad es el primer paso hacia la verdadera aceptación personal.
Como digo siempre en mis conferencias vivimos en una sociedad obsesionada con vender placer instantáneo como si fuera la felicidad. El éxito, el dinero, el tener, las compras, etc. ese placer no es malo en su justa medida, pero engancha creando falsa felicidad y no llena a la larga. Es como los fuegos de artificio. Y siempre me acuerdo de Aristóteles.
La sociedad nos bombardea con distracciones efímeras que no llenan el alma y, en ocasiones, nos atrapan en un ciclo sin fin. Busquemos la verdadera felicidad a través de la virtud, y ser virtuoso es buscar cada día la verdad, la bondad y la belleza. No permitamos que la superficialidad nos desvíe de la búsqueda de una vida significativa. La satisfacción duradera se encuentra en cultivar valores perdurables. Elevate por encima de las expectativas superficiales y encuentra la plenitud en la autenticidad y la conexión genuina.
Ser diferente no es un defecto, es la esencia que nos distingue. La sociedad puede intentar moldearnos, pero la verdadera recompensa llega cuando nos mantenemos fieles a nuestra esencia.
¡Sé valiente, sé auténtico, sé tú mismo!