Ultreia. Un trasplantado.

“ultreia es vuestro grito de ánimo, el susurro de esperanza que me regaláis cada día.” Ultreia. Via @untrasplantado.

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Ultreia, «vamos más allá»; Ultreia et suseia: «vamos más allá; vamos más Arriba». Es un saludo y respuesta típicos entre peregrinos del Camino de Santiago.

Ultreia o ultreya (del latín ultra -más allá- y eia -interjección para mover-, es decir, vamos más allá.

Y, ¿et suseia? es la contestación y significa «Vamos más Arriba». Aunque puede atribuírsele el significado de «¡Aleluya!», dándole un punto de vista más religioso a la celebración por terminar el camino y llegar a Santiago.

Gracias por la foto Curro.

La expresión tiene su origen en el Códice Calixtino, que es a la sazón, la primera guía del Camino de Santiago de la historia. Aparece en la parte musical del apéndice II, en el “Dum pater families” también llamada “Canción de los peregrinos flamencos”. Y dice así:

Herru Santiagu,

Got Santiagu,

E ultreia, e suseia,

Deus adiuva nos.

¡Oh Señor Santiago!

¡Buen Señor Santiago!

¡Eultreya! ¡Euseya!

¡Protégenos, Dios!

Pues precisamente ese Ultreia, es lo que siento, lo que percibo, lo que creo oír, cada vez que me mandáis un mensaje de ánimo, recibo una cadena de oración, me mandáis fotos de algún viaje, que encima me permiten viajar mientras la salud me lo impide, cada vez que recibo una carta, cada aplauso en cada conferencia, etc. ultreia es vuestro grito de ánimo, el susurro de esperanza que me regaláis cada día.

Café Newman con alumnos en la UFV.

Y al final, peregrinar, no es más que reeducar los sentidos: abrir los ojos a lo cotidiano, redescubrir lo evidente, interpretar la realidad como un regalo. Y ese regalo, como salvo a la hora de dormirnos, nunca caminamos solos, lo recibe más gente de lo pensado. En mi caso el Equipo SAP, mis padres y hermanos, amigos, porque el amor, como un boomerang, cuando lo lanzamos, no sabemos dónde llegará, pero si que antes o después volverá, aunque no sepamos de que forma, en que tiempo, ni por medio de quien.

Hace años decidí que, a pesar de tener que renunciar a parte de mi vida, de la intimidad de mi vida, de nuestra vida, de la vida e intimidad del Equipo SAP, al iniciar este blog y hacer parte de lo que era nuestro de todos, de quien lo quiera tomar y a quien le pueda ayudar, a sabiendas de que ya no volverá a ser sólo nuestro. Es una forma de hacer apostolado. Y esta renuncia, nos ha traído muchos regalos. Por eso, sin duda, fue una acierto iniciar la cuenta de instagram (@untrasplantado), el canal de YouTube, mi libro “Diario de un trasplantado”, las conferencias, las entrevistas, etc. al hacer esta parte de nuestra vida pública, era una forma de gritar a los cuatro vientos “¡et suseia!”, para poder compartir la forma de vivir la enfermedad en positivo, que gracias a Dios, y que tanto está ayudando por vuestros comentarios.

Imagen vista en el Trastevere, Roma, que simulan a Jesús siendo mendigo. Como todos lo somos alguna vez en la vida, en momentos de necesidad, no siempre material.

Como dice en el Evangelio, en Mt 25, 40: “Cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.” Y eso os agradezco, obviamente, sin compararme con Dios, pero si como beneficiario de la obra de misericordia de visitar y cuidar a los enfermos. Por detalles que no siempre sois conscientes, como dejarnos ese albergue, la cantimplora con un poco de agua, un taco y un poco de pan, algo de abrigo, rezar juntos en el camino, ayudarnos en esa dura subida a O Cebreiro, abrazarnos de la emoción de la dureza del camino, pero que sin esa dureza no sería tan especial. En definitiva, son todos símiles de actos, pequeños, medianos o grandes, pero que llenan el corazón, que dan fuerza y son bocanadas de aire nuevo, que me invitan a gritaros de vuelta, un día tras otro, “¡vamos más Arriba!”. Es una forma de agradecer todo lo que recibo, con lo poco que doy previamente.

Pero esto es lo bonito de la vida. Cuando tiramos una piedra al agua, sabemos donde cae. Pero nunca sabremos, ni podremos dominar hasta donde llegarán las olas creadas. Por eso no podemos guardarnos nada, debemos darlo todo. Hace tiempo decidimos que esta renuncia a parte de nuestra vida, era la mejor forma de hacer apostolado, de dar a los demás, lo que gratis recibimos, con el único interés de que ayude a cuantos más mejor. Y cómo el examen final es del amor, vosotros con vuestro cariño y nosotros compartiendo, a ver si nos ganamos una buena nota.

Y encima, como las penas compartidas se dividen y las alegrías compartidas se multiplican, una vez más, salimos ganando. ¡Soy un tipo con suerte, somos unos tipos con suerte!

Y cuando surgen estas sinergias, el ser humano hace estas maravillas. Gracias por la foto Josete.

El milagro del Camino está en que convierte en mágicas las cosas normales” autor desconocido.

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