¿Y si no puedo? Un trasplantado.

“Yo le dije que si lo sería y con creces, porque para llevar esto, no hay que ser fuerte, no hay que leer mucho, tan sólo y es difícil, hay que querer de verdad y en eso, ella tiene un sobresaliente cum laude, es un ejemplo, una maestra.” ¿Y si no puedo? Vía @untrasplantado.

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El otro día, viendo un capítulo de la serie New Amsterdam, en un momento dado, ante un diagnóstico malo, le dice el protagonista a su mujer, “¿y si no puedo con todo esto?” Tras unos segundos de silencio, su mujer se tumba a su lado y mirándole a los ojos le dice: “podremos juntos, tú y yo”.

Asclepio, Dios griego de la medicina y la curación.

Esa pregunta me la he hecho yo miles de veces, es normal ante la incertidumbre y el miedo que crea una situación de estas y más si es desconocida. Y es normal que le pase al acompañante, tienen peso doble en su mochila, su temor y el del enfermo.

Cuando Sara y yo éramos novios, una vez hablando de mi enfermedad y de como podría ser el futuro, recuerdo que me dijo: “no se si seré capaz”. Uno de sus miedos, era que yo había vivido muchas cosas de la enfermedad y ella se estrenaba, pero no había duda de lo que valía. Yo le dije que si lo sería y con creces, porque para llevar esto, no hay que ser fuerte, no hay que leer mucho, tan sólo y es difícil, hay que querer de verdad y en eso, ella tiene un sobresaliente cum laude, es un ejemplo, una maestra.

Le hice esa promesa sabiendo que sería capaz, mejor dicho, estando convencido de que lo sería. Pero una vez más me equivoqué con ella, pensé que sería capaz de llevarlo y me quedé corto, se cargó la mochila al hombro y tiro de todo, con un amor y una alegría, que sólo alguien ejemplar podría ser capaz de hacerlo.

Y encima uno a esto, que yo contaba con rechazos y nuevos trasplantes, como decía, pero no contaba con intolerancias, corte de piernas, etc. y aún así en una prueba de la vida, salió una mejor Sara.

Equipo SAP en un ingreso en 2019.

Y a esto le falta una pata, que ironía. La fuerza de Sara, la fuerza mía, la alegría de Amelia y la fuerza en conjunto del Equipo SAP y esa pata que le falta es la fe, es dejarse hacer, es tener una confianza que duele de lo difícil que es. Pero en la prueba, Dios da la gracias y ahí salimos ganando.

Es curioso, nadie nos enseña a llevar o vivir la enfermedad, pero la enfermedad nos enseña a vivir el resto de cosas de la vida. Curioso aprendizaje y especial maestra.

Al final, aunque parezca mentira, somos capaces de mucho más de lo que pensamos, más fuertes de lo que creemos y empujados por la fe, conseguiremos mas metas de las soñadas al dejar de contar sólo con nuestras fuerzas.

¿Cuántas veces nos falta confianza? Demasiadas.

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