Agosto pasado
¿Qué hacer cuando tu marido tiene isquemia IV en una pierna, le falta la otra, tiene diastasis abdominal, hipertensión, etc. y encima está en diálisis?
Sara: «Atletismo.»
Yo: ¿Perdón?

¿No ves como estoy físicamente? pensé yo. Sí, amigos, Sara sabía perfectamente mi estado físico, no era broma, ni inconsciencia. Por eso lo propuso. Encontró a una entrenadora especializada en discapacidad y, ¡hoy empiezo esta nueva aventura! Con retraso por el ingreso de septiembre, pero ella no se olvidó.
¿Por qué?
👉 Porque el atletismo, incluso con mis circunstancias, es posible.
👉 Porque mi cuerpo, aunque tenga sus limitaciones, puede mejorar.
👉 Y porque quiero demostrar que los límites, muchas veces, están en la mente.
¿Beneficios? Hay un montón: mejor circulación, menos fatiga, más energía, y sobre todo, seguir demostrando que la vida se vive a tope y un día cada día.
Uno de mis propósitos era hacer deporte y aquí estoy. Nos vemos en la pista. Hoy he empezado. Ha sido duro, pero ha sido muy gratificante y, ¡hasta he corrido!, que jamás pensé hacerlo.
Es increíble cuando alguien te quiere tanto que se adelanta a tus necesidades e incluso a tus mejores sueños. En su búsqueda porque este mejor dio con Adriana y aquí me tenéis. Mejorará mi salud, mi humor, mi rendimiento, nuestro matrimonio, todo. Ella lo vio y me lo hizo ver. Y eso, amigos, es querer de verdad.

Como digo con mis dos lemas, “en un tiempo no recordaré el esfuerzo que me está suponiendo, sino el hecho”, que corrí, que volví a hacer deporte y que corroboré, de nuevo, que “soy un tipo con suerte” con suerte y que Dios ha sido y es generoso conmigo.