Domund, África. Dos palabras inseperables.
Hoy es el día del Domund y, como todos los días desde hace muchos años, vienen a mi cabeza los días que pasé en África. Es una de las mejores experiencias de vida, que recuerdo cada día y que repetiría cada año.

Años en los que el trasplante me permitía viajar y, aunque no era el lugar ideal para ir, cumplí el sueño de un niño que leyó la biografía de San Francisco Javier, ser misionero. Y fui a Madagascar y Kenia.

Pude ver de cerca la pobreza extrema en Antananarivo y Nairobi. Y también fuera de las capitales, gente pobre, pero con lo básico cubierto y feliz. Ni había internet y al salir de barajas estábamos semanas desconectados, un lujo olvidado.

Allí viviéramos en poblados, visitamos mercados, hicimos campañas odontológicas en Madagascar y de medicina general en Kenia. Convivimos, hablamos, vimos ballenas jorobadas, lémures, cocodrilos, jirafas, hipopótamos, camaleones… pero sobre todo vimos gente que vive. Mercados con bullicio, caminos que haces 30-40km en una hora y montas en tu coche al que vaya, que unos andan y otros en bici y todos se ayudan. Una sociedad de comunión unos con otros. Un lujo maravilloso.

Pudimos curar, enseñar, grabar muchas imágenes para siempre en el alma, pero aprendí, por encima de todo, que el tercer del mundo nos tiene que recordar como se vive.
Y que parte de su desarrollo es posible gracias a la ayuda de nuestras campañas, de muchos misioneros. Más de 10000 tiene que España por todo el mundo. Por eso es tan importante ayudarles.

Hoy día del domund, como no, recuerdo ir con la hucha azul cuando éramos niños. Gracias misioneros. Gracias África.
Os dejo un vídeo de recuerdos. Ojalá os guste. Ver vídeo.