Flor despacha pastores. También llamada quita meriendas.
Este año no he podido verlas por estar ingresado pero mi madre y una prima especial me las han mandado.
Esta flor salía a avisar que llegaba el otoño y con el empezaban los movimientos de la transhumancia para llevar sus rebaños de las tierras del norte más frías a las más cálidas del sur.
Tenían señales de que llegaba el momento de dar el paso. Intuían la metereologia mediante las cabañuelas y se ponían en marcha una vez llenas las alforjas y haber aprestado lo necesario para esta empresa.
Esto sería imposible sin observación, sin transmisión del conocimiento de unos a otros, sin tiempo de aprendizaje, es decir, maestro y aprendiz.
Y me planteo, ¿sería posible hoy esto a la velocidad que vamos? ¿Sería posible estar pendientes de esos detalles pequeños? Yo creo que nos perderíamos muchas cosas.
Un trabajo que hago desde hace años es disfrutar cada día y todos tienen algo para disfrutar. Estás semanas, llevo 21 días ingresado, unos con dolor, otro con menos; todos con reposo casi absoluto. Y todos los días han tenido algo genial. Una conversación y un beso de Sara, visitas de Amelia y que me cuente cosas y me cuide, estar con mis padres, visitas de amigos, tiempo de leer, de pensar sin más, que es vital, de rezar, etc.
Es importaste parar, no correr, saber disfrutar de la lentitud del tiempo. Recuerdo los ingresos de niño sin internet donde leía unas 6 horas y me quedaban 18 horas de pensar, de hacer introspección, de conocerme, de saber quién soy.
Os propongo hacer ese trabajo. Mirar la flor despacha pastores y empezar la transhumancia hacia nuestro interior para conocernos más y poder darnos más y mejor a los demás. ¿Lo veis necesario?