De nuevo ingresado.
Poco dura la alegría en casa del pobre, 24 horas después del alta aquí estoy. Eso sí, estás 24 horas en casa las he disfrutado sin parar y han llenado el cofre de las puertas experiencias para recordar.
Después de comer me dispuse a dormir la siesta y lo hice, ¡vive Dios!. Pero la cosa cambia al despertar. Al desadormecer noto fresco en la ingle. Suenan las alarmas.
Efectivamente la zona de la herida estaba mojada. No parecía mucho, pero al verlo era como si saliera continuo. Lo bueno de ser sanitario es que parecía sangre con serosidad (líquidos de ciertas membranas del organismo que se segregan tras la cirugía) y eso me daba más tranquilidad que sangre pura.
Aún así decido ir a urgencias. Hay riesgo de infección con ese líquido ahí, el viernes y sábado se plantearon sajar en lugar de tratamiento conservador, ese era mi miedo. Las enfermeras se ríen, para bien, pero intuyo cuando hay ingreso y vengo con mis cosas para estos días.
Llego a urgencias, con cierto susto, como bien captó Sara y me dijo al rato. Tuve tiempo de ver a mi tía abuela y mis tías en la espera, pura causalidad y paso a que me vean. Eso ya me alegraba la visita a urgencias y el posible ingreso. Les tengo un cariño enorme. Una de ellas me enseñó a andar un verano.
Primera noticia buena, era líquido retenido, podríamos decir que el hematoma de estos días que quiere salir. Segunda noticia, había que sacarlo y para eso se pone una compresa a cada lado de la herida y se aprieta para salga con su dolor correspondiente con las grapas.
Chorros las dos primeras y luego no paraba de salir con fluidez. Era bueno que saliera porque disminuye el riesgo de infección, pero al no parar es conveniente quedarse ingresado. Después del drenaje analítica y cultivo. Así que vuelvo a pasar unos días aquí. No sé cuántos, ya sabéis que no lo pregunto, pero espero que pocos.
No es un paso atrás, pero 24h después de salir de un ingreso de 9 días, es una pereza. Será para bien. El que no se consuela es porque no quiere. Lo malo es que me han puesto reposo absoluto.
Por eso digo, nunca reblar, siempre hacia delante.
Y encima habitación con vistas…