Hoy se ha ido la luz. Primero pensaba que era cosa de casa y estaban los fusibles bien, luego del edificio al ver que no funcionaba el ascensor y luego, a las 4 horas me enteré que había un apagón generalizado.

Y aquí nos damos cuenta lo vulnerables que somos a pesar de ser el primer mundo. Cómo cuanto más delegamos en la tecnología mas dependemos de ella. Esto no es un alegato contra la evolución tan buena, sino una llamada a la toma de conciencia.
Semáforos, cajeros autonómicos, gasolineras, neveras, internet, WhatsApp, máquinas de diálisis, etc. Serán unas horas y quedará en anécdota, pero si es más puede ser un problema serio para muchos. Pero hay muchas cosas que podemos hacer como leer, charlar, jugar con nuestros hijos, pasear, etc. y que no siempre podemos o tenemos tiempo o disposición a ello.

Pero esto nos tiene que invitar a pensar en lo afortunados que somos de dar al interruptor y tener siempre luz, tener tantas comodidades como tenemos y ser agradecidos.
A veces perdemos la perspectiva del mundo en el que vivimos y damos por hecho lo que es excepcional en casi todos los lugares del mundo, no caemos en que nuestras desgracias serían el sueño de muchos. Por ejemplo, la desgracia de hacerme diálisis, sería el sueño de millones de personas que han muerto sin saber que tenían una enfermedad renal y que existía una máquina que te destroza, pero salva.
Recordar, la vida no es como viene, es como la afrontamos. Así que paciencia, a aprovechar a estar en casa tranquilos con los nuestros y dar gracias por tantas cosas como tenemos y de las que disponemos.