Navidad, Navidad, dulce Navidad… un trasplantado.

“mientras decoramos nuestros hogares, recordemos también adornar nuestros corazones con amor y compasión. Que este Adviento sea un tiempo de conexión espiritual y de verdadera celebración.”
¡Quiero más! Un trasplantado.

“Quiero más. Quiero más Dios en mi vida. Más de ese Amor infinito que transforma el sufrimiento en paz y la rutina en misión.”
Sobre los protocolos. Un trasplantado.

“Ayer tuve que volver a urgencias […] Los protocolos son esenciales, de eso no hay duda. Pero también hay que saber cuándo saltárselos.”
Cum laude. Un trasplantado

“¡soy doctor! […] No se trata de las dificultades en el camino, sino de la fuerza y la pasión que ponemos para alcanzar lo que queremos.”
Las pequeñas cosas. Un trasplantado.

“No dejes de buscar a Dios en lo pequeño, porque es ahí donde su grandeza brilla con más fuerza.”
La nada es todo. Un trasplantado.

“Pero es en esa «nada» donde Dios puede entrar con todo de una forma más íntima. Esa renuncia, ese vacío, nos deja espacio para escuchar, para depender, para confiar. Porque la verdadera noche es luz.”
En la adversidad, crecemos en humildad y amor. Un trasplantado.

“La enfermedad es un terreno donde crecen la humildad y el amor. Donde crecemos los dos, cuidador y cuidado. No lo elegimos, pero al caminarlo, podemos encontrar una fuerza y una bondad que jamás imaginamos.”
Por fin a casa. Un trasplantado.

“ He tenido dos buenos cirineos a mi lado llevándola. A un lado vuestras oraciones y cariño y de otro el Señor haciendo el yugo llevadero al compartir la collera y así hacer la carga ligera. Por eso paso de la nada al todo gracias a estas renuncias.”
Día de difuntos. Un trasplantado.

“con el paso de los años ese pueblo abandonado fue poco a poco poblándose de gente importante […] Dejó de ser un lugar de terror para llenarse de pena y desconsuelo, de ser atractivo para ser una imposición de la vida, pero nunca dejará de dar respeto. El respeto del hueco dejado en nuestras vidas el vacío de su partida.”
Ser feliz hoy, aquí y ahora. Un trasplantado.

“Como digo y me reitero muchas veces, la vida no es como viene, es como la aceptamos. Y gracias a Dios, Sara, Amelia y yo, y lo digo en ese orden adrede, nos hemos convertido en expertos en supervivencia agradecida y feliz.”