¿Qué es la felicidad? Es un término abstracto que a lo largo de la historia del pensamiento se ha intentado explicar. ¿Qué es para mi? La felicidad es un camino y una actitud.
Podría que decir que es la ausencia de mal o la presencia de bien. ¡Pero no!
Cada uno con su biografía, pero desde la mía, con mis gafas, con mis vivencias, la felicidad ha sido un camino, siempre un camino. Como decía Aristóteles la felicidad es la BÚSQUEDA de la virtud (verdad, bondad y belleza de las cosas). Búsqueda no es destino.
En esa búsqueda ha sido imprescindible el dolor, la incertidumbre y el miedo. No por gusto o elección, sino porque es algo inherente al ser humano. De ese dolor surge el sufrimiento que es como nos afecta o nos implica.
La enfermedad me ha obligado a muchas renuncias: me encanta viajar y ahora no puedo; me encanta ir a cenar y ahora tengo diálisis 6 días a la semana; me encanta pasear con Sara y Amelia o solo, ahora el dolor me lo limita; profesionalmente mi carrera se ha visto muy limitada, he tenido tres años y medio de baja de los últimos 6. Pero esas renuncias me han enseñado a valorar que en esa nada del dolor, en esa soledad del sufrimiento, lo tengo todo.
Me falta lo material, pero tengo un Equipo SAP que nunca falla. Tienen sus días, cómo no con lo que viven, pero siempre quieren hacer equipo y avanzar juntos. Aprenden las dos a hacer diálisis o el día que me llaman para casi trasplante como reaccionan.
Físicamente no puedo más, me cuesta un horror todo, cualquier actividad.
Pero todos los días tengo la mejor medicina del alma en forma de besos y sonrisas de Sara y Amelia y poder desayunar juntos. Me cuesta un esfuerzo sobre humano, pero sigo trabajando en la consulta, en la universidad y dando conferencias, hace dos semanas 5, siendo la mejor medicina para la mente. y todos los días me deja destrozado, pero tengo la suerte de tener la diálisis. una desgracia comparado con el trasplante pero un tortura que me regala un día cada día.
Podría fijarme en todo lo que me falta pero eso no me haría feliz. La enfermedad, con sus duros golpes y sus horas infernales, me ha enseñado a mirar cada día lo bueno, lo que tengo que agradecer, lo que si tengo y si puedo hacer y eso me llena.
Podría decir que vaya vida más desgraciada tengo por todo lo que tengo y no sería mentira, pero no me haría feliz.
En cambio, aunque choque, digo convencido «soy un tipo con suerte». Porque en lugar de nacer en casa del hombre más rico del mundo, nací en casa de José Ignacio y Cristina, en lugar de tener la vida resuelta, tuve un médico en casa, eso hizo que se diera cuenta de mi problema y en lugar de morir antes de un año, mi primer diagnóstico, aquí siga. Podría haber perdido la pierna en 1999 y hubiera tenido unas prótesis que hacían unas heridas enormes y me pasó en 2021 y tengo una maravillosa. Podía haber nacido en Manhattan y no en Madrid, a lo mejor no podría pagarme la diálisis y aquí, gracias a la Seguridad Social, la hago sin problema.
Sólo puedo dar gracias a Dios por mi vida, por mi Equipo SAP, por mis padres y amigos, por mi trabajo, por el Dr. Josep María Gil-Vernet y el Dr. Isaac Martínez, entre otros muchos, que en lugar de hacer lo cómodo que era dejarme morir uno y cortarme la 2ª pierna el otro, se jugaron su prestigio y vivo con una pierna. Doy gracias a Dios por mis ángeles que sin conocerme se han hecho pruebas para donarme un riñón.
Como veis, la felicidad no son grandes hitos, ni grandes puestos, ni grandes dineros. Son pequeñas cosas del alma, que al mirar por el retrovisor de mi vida veo con luz radiante y me han cincelado para ser lo mejor que podía ser, yo.
Hacer las paces con mi realidad y querer ser quien soy, amando y abrazando mi cruz, orgulloso de mi ser y queriendo ser feliz hoy ahora, no pensando un momento mejor, porque a lo mejor no viene. Sabiendo que soy finito y pequeño y temporal. Eso, irónicamente me da la libertad de sacar oro de cada segundo y hacer una fiesta de cada día.
Decía el principito, «lo esencial es invisible para los ojos» y eso es lo que nos hace más feliz y nos construye más. Vivir con lo que tengo, lo que soy y puedo ser, hay que tener retos, me facilita ser feliz. Vivir mirando lo que me falta, lo que tiene los demás y yo no y queriendo ser lo que no es fácil ser, me amarga y aleja de la felicidad.
La felicidad, en definitiva, es un camino de búsqueda de los valores más altos, de las respuestas últimas del ser humano, de la excelencia en nuestro actuar y de saber vivir sin compararnos o como mucho comprándonos con nosotros mismos para mejorarnos poco a poco. Recordad, cuando miramos por el espejo retrovisor de la vida lo que queda son abrazos, besos, miradas, nunca cheques, puestos, etc.
Los niños son geniales y siempre tienes ideales y sueños grandes y nobles, dedicados al bien común, ¿qué le diríamos a nuestro yo de 5 años si nos pregunta que hemos hecho con sus sueños y anhelos?
A por ello y a ser «unos tipos con suerte»
Las fotos son de un día maravilloso que pasamos, que nos llenó de felicidad y nos permitió vivir muchas de las cosas que aquí cuento.